Este es uno de esos platos de toda la vida, cocinado a fuego lento, que todos heredamos de nuestras madres. Es realmente sencillo de preparar, solo requiere un poco de tiempo y cocinarlo con mucho cariño, como hacen ellas.
Es importante que la carne sea de buena calidad. La mejor es la carne de espaldilla, esa que lleva una veta gelatinosa por el medio.
En este blog iré incorporando varias de esas recetas heredadas de la mejor cocinera del mundo: mamá.
Ingredientes:
1 kg. de carne de espaldilla
1 kg. de patatas
3 dientes de ajo
sal, azafrán en polvo
1 vaso de vino blanco y un poco mas que se utilizará para el adobo
1 vaso de aceite de oliva
1 vaso de agua
2 cebollas medianas
Elaboración:
Se parte la carne en trozos no muy pequeños, se adoba con 2 dientes de ajo picados, un poco de sal, un poco de vino blanco y una pizca de azafrán en polvo.
Se pone en una cacerola y encima se le añade las 2 cebollas cortadas en trozos grandes, 1 vaso de vino blanco, 1 vaso de aceite , 1 vaso de agua (yo pongo un poco menos de aceite y un poco más de agua y vino para que tenga menos grasa), y se pone a cocer en una cacerola (mejor si es de base ancha), a temperatura media durante 2 horas mas o menos. Para los que no les gusta encontrar la cebolla, como es mi caso, os diré que ésta desaparece en la cocción.
Mientras tanto, se pelan las patatas, se cortan en trozos no muy pequeños y se adoban con sal, 1 diente de ajo, un poco de vino blanco y azafrán en polvo. Por último se añaden las patatas sobre la carne y se deja cocer otra media hora todo junto.
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