LARPEIRA , la receta más fácil.

Mucho tiempo hacía que tenía ganas de hacer esta receta. Es uno de mis dulces preferidos, típico en Galicia, una delicia, suave y esponjosa.

Había visto la receta en muchos blogs pero siempre me tiraba para atrás la preparación. Parecía complicada, con varios levados y mucha historieta, como los roscones de reyes...nunca me apetecía ponerme a ello.

Cuando vi la receta de Rocío, en su precioso libro "Cociñando coas Razas Autóctonas" no me podía creer que fuera tan fácil. Amasar, dar forma, levado de una hora y media y cocer. Listo.

He seguido la receta tal y como está en el libro, y me ha quedado de lujo. Os recomiendo tanto la receta como el libro, precioso, con sencillas y buenísimas recetas y toda la información sobre razas autóctonas de Galicia, con impresionantes fotografías también.

En esta receta la raza autóctona está presente en los huevos de Galiña de Mos, aunque yo la hice con los huevos de mi aldea :-). Vamos a ello.

Ingredientes:

Para la masa:

450 gr. de harina de fuerza.

2 huevos.

50 gr. de azúcar.

150 gr. de leche entera.

25 gr. de levadura de panadería.

medio chupito de anís (unos 30 ml. o un poco más si os gusta mucho).

50 gr. de aceite (yo usé de oliva).

una pizca de sal.

Para la crema pastelera:

2 huevos.

50 gr. de maicena (harina de maíz refinada).

100 gr. de azúcar.

1 piel de naranja y una de limón.

media rama de vainilla (yo puse un poco de esencia, no tenía en rama).

500 gr. de leche entera.

Para el sirope:

50 gr. de agua.

50 gr. de anís.

100 gr. de azúcar.

Para el acabado:

Azúcar, anís y un huevo batido.

Elaboración:

La masa:

- Preparar primero la bandeja del horno con papel vegetal.

- Poner en un cuenco grande los huevos, el aceite, la leche, el anís, el azúcar y la levadura desmenuzada. Mezclar bien.

- Añadir la harina tamizada con la pizca de sal y amasar bien durante 15 minutos.

Esto es lo más difícil de la receta. Si no tienes amasadora, como es mi caso, es una masa pegajosa y difícil de trabajar. 

Tú no desistas e insiste. Amasa todo bien durante los 15 minutos. Yo lo hice en el mismo cuenco. Se pega toda a las manos, pero no conviene añadir más harina para que quede esponjosa. Solo hace falta un poco de paciencia. 

- Darle forma de bola, ponerla sobre el papel en la bandeja del horno y aplastar la bola para que os quede la forma redonda, de unos 2 cm. de alto, más o menos. 

Para esto es mejor que os untéis las manos con un poco de aceite o mantequilla, para poder hacerlo sin que se os pegue toda la masa a las manos.  Así es muy fácil. La próxima vez me untaré también un poco las manos para amasar

- Hacerle unos cortes por la parte de arriba en forma de rombos, con un cuchillo bien afilado.

- Dejar reposar hasta que doble su tamaño (una hora aprox.) en un lugar sin corrientes (yo la meto en el horno apagado).

Mientras tanto, hacemos la crema pastelera:

- Poner los huevos, el azúcar y la maicena en un cuenco y mezclar bien.

- Poner la leche a hervir con las pieles de naranja y limón y la vainilla.

- Cuando rompa el hervor, retirar del fuego y verter sobre la crema de huevos removiendo todo muy bien.

- Poner de nuevo al fuego medio-alto hasta que espese, removiendo continuamente y cuidando de que no se pegue.

- Retirar del fuego y dejar enfriar. 

Para que no se forme costra en la superficie, yo pongo papel film de cocina sobre la crema en contacto con la misma. No importa que esté arrugado, coger un buen trozo y colocarlo encima de la crema cubriendo toda la superficie.

- Precalentar el horno a 200º, calor arriba y abajo, con aire, si tenéis. Sacar antes la larpeira si la teníais allí :-). Poner un recipiente de agua en el fondo para que se forme vapor.

- Pintar la larpeira con un huevo batido y un pincel de cocina.

- Poner la crema pastelera ya fría en una manga pastelera y rellenar los cortes con ella. Yo tuve que repasarlos con un cuchillo de nuevo porque se habían unido con el levado.

- Mezclar un poco de azúcar con anís y poner montoncitos sobre los rombos de la larpeira.

- Meter al horno durante 25 minutos hasta que esté dorada. Si veis que se quema mucho por arriba, poner un papel de aluminio por encima hasta que esté cocida.

- Hacer el sirope poniendo todos los ingredientes al fuego hasta que reduzca a la mitad.

- Sacar la larpeira del horno y pintarla, aún caliente, con el sirope y la ayuda de un pincel, por toda la superficie.

La larpeira debe quedar toda brillante, como con un almíbar por encima. A mí me quedó una especie de glaseado, no sé si porque no dejé reducir suficiente el sirope (me puede la impaciencia) o porque es demasiado azúcar, pero está buenísima igualmente.

- Dejarla enfriar y ya tenéis una deliciosa sobremesa, merienda o desayuno.

Salvo el amasado, que requiere de cierta paciencia, es una receta fácil y con unos resultados increíbles, de verdad, no dejéis de probarla. Os encantará.