SOPAS DE PORRETOS (Potaje de guisantes y tallos de cebolla)

Hoy, en este día plagado de corazones, os traigo esta receta rescatada de mi infancia, con todo mi amor :-).

Se trata de un potaje ligero y delicioso que no había vuelto a probar desde mi infancia.

Como ya sabéis muchos de vosotros, nací en un pueblo en el occidente de Asturias, Grandas de Salime, un lugar mágico, a 21 km. de Galicia, donde podrás disfrutar de paisajes tan impresionantes como estos: Ayuntamiento de Grandas de Salime.

Allí a los potajes les llamamos sopas, sopas de berzas, sopas de repollo, sopas de porretos..... y se elaboran de una forma a medio camino entre la cocina gallega y la asturiana, aunque yo más bien diría que se acerca más a Galicia. Las sopas de navizas no son ni caldo gallego, ni potaje asturiano, sino una combinación de ambos.

Este potaje que os traigo se hace con guisantes frescos y los tallos de las cebollas, y no lleva ningún tipo de grasa, excepto el refrito con aceite y pimentón.

Como los tallos de cebolla no se comercializan y no son fáciles de conseguir, a no ser que tengas un huerto, se pueden usar los tallos de un manojo de cebolletas  bien fresco, que, aunque no es lo mismo, se asemeja mucho.

PORRETOS

A los tallos de las cebollas en mi pueblo, les llamamos "porretos". 

Al cocer con los guisantes, casi desaparecen, pero le dan un sabor muy especial a este plato. Si tenéis oportunidad de conseguirlos, usarlos mejor que los de cebolleta.

Vamos a ello, es realmente sencillo y rico.

Ingredientes:

500 gr. de guisantes frescos.
Tallos de cebolla o, en su defecto, cebolleta, cortados en trozos de unos 2 cm.
3 patatas.
2 o 3 cucharadas de aceite de oliva.
1 cucharada de pimentón.
Sal.

Los tallos de cebolleta no los he pesado, pero he usado los de tres cebolletas, la parte verde. La próxima vez pondré más, aunque son un poco más fuertes que los de las cebollas.

Me ha salido un potaje como para 4 personas.

Elaboración:

- Poner a cocer los guisantes y los porretos en una olla con abundante agua y sal al gusto.

- A media cocción, añadir las patatas chascadas, para que vayan soltando almidón y espesen un poco el caldo (ya sabéis, meter el cuchillo y terminar rompiendo la patata).

- Cuando esté casi todo cocido, hacer un refrito, calentando 2 o 3 cucharadas de aceite de oliva y añadiendo el pimentón, con cuidado de que no se queme.

- Verter el refrito sobre el potaje y dejar cocer todo junto un poco más hasta que se integre. Probar y rectificar la sal a vuestro gusto.

Y ya está. 

He retornado a mi infancia en la aldea con estas sopas y las repetiré más de una vez. Son fáciles y rápidas y no llevan más grasa que la del aceite de oliva que quieras añadir.

Espero que os gusten.